Participación concertada y control cultural: Los Consejos Departamentales de Culturas

Entrevista a Juan Argandoña, presidente del Consejo Departamental de Culturas de Cochabamba

Las jornadas culturales del 2008, organizadas por el, entonces, Viceministerio de Desarrollo de Culturas, bajo la titularidad de Pablo Groux C., permitieron aglutinar –sin mucha convocatoria– actores del sector cultural y artístico de cada departamento para conformar mesas de trabajo temáticas de diagnóstico y formulación de necesidades, problemáticas y propuestas, dentro del típico proceder de planificación estratégica, delineando un estado de arte del sector cultural y permitir la organización ciudadana de los Consejos Departamentales de Culturas. Las mesas de trabajo o temáticas, por razones organizativas y metodológicas propuestas por el ente estatal correspondieron a los siguientes sectores: 1. Instituciones y movimientos sociales. 2. Artes plásticas, populares y visuales. 3. Artes escénicas. 4. Artes musicales. 5. Audiovisuales. 6. Patrimonio cultural. 7. Gestión cultural. 8. Patrimonio intangible. 9. Biblioteca, archivos y literatura. 10. Formación artística e investigación académica. No definitorios estos campos y respetando ciertas tensiones de poder locales, estas mesas “podrán renombrarse, fusionarse o rearticularse de acuerdo a las características y exigencias de cada departamento sin que puedan exceder de diez (10) mesas”. (Art. 13º del Reglamento interno de los Consejos Departamentales de Culturas). Teniendo cada una de las mesas un representante a ser miembro del consejo.

Siendo ratificados y legalmente constituidos el 3 de abril de 2009, con la promulgación del Decreto Supremo 0064, los nueve Consejos Departamentales de Culturas, con sus respectivos miembros fueron consolidados para: “a) Organizar y convocar a Jornadas Culturales, velando por la mayor participación posible, de forma equitativa entre el área rural y urbana. b) delinear propuestas de políticas culturales que respondan a las demandas de las Jornadas Culturales y los sectores culturales del Departamento. c) Presentar proyectos culturales para ser gestionados ante las instancias pertinentes, para su inscripción en los POAs municipales y en el POA de la Prefectura [Gobernación] de departamento. d) Realizar seguimiento y control social a los proyectos culturales presentados a los gobiernos municipales y a la Prefectura [Gobernación] de Departamento. e) Elevar Informe de Gestión ante el Consejo Plurinacional de Culturas. g) Coordinar y trabajar con las instancias estatales y privadas pertinentes. h) Servir como nexo integrador entre la población y las expresiones culturales de su jurisdicción. i) Elaborar sus Estatutos y Reglamento Interno.” (Art. 14º. D.S. 0064).

Se advierte en la legislación de constitución de los Consejos Departamentales de Culturas la amplia alusión de participación que conlleva la articulación, discusión y concertación en torno a las acciones culturales que se toman desde las iniciativas ciudadanas que deben de apoyar y controlar las disposiciones institucionales de los órganos de gestión pública gubernamentales. La gestión del reciente Ministerio de Culturas establece al advertir entre sus postulados de gestión que recurrirá a: la evaluación y planificación democrática y participativa, la institucionalización de gestión cultural y la sostenibilidad de la misma. La muestra de conceder espacios institucionalizados y legales de concertación participativa para la planificación y control de las acciones culturales advierte el compromiso de apertura –permitidas por las atribuciones que confiere el Estado–; sin embargo, no establece mecanismos concretos para incidir en la intervención en los órganos públicos correspondientes a cada jurisdicción territorial. La amplia discusión suscitada en el campo cultural, lamentablemente se ve mitigada por las alusiones económicas-presupuestarias o por la cualidad de representación y capacidad de sus autoridades; mas no se concentran en las evaluaciones o críticas del impacto cultural de las actividades o la gestión misma –al margen del espectro definitorio actual y la visión propuesta del marco estatal– más allá de aflicciones de no poder gestar acuerdos comunes o no desarrollar una gestión pública cultural que genere cierto consenso.

Al respecto, la Fundación Imagen entrevista a Juan Argandoña, presidente actual del Consejo Departamental de Culturas de Cochabamba (CDC)[1].

Fundación Imagen [FI]: En torno al CDC, se advierte que es la única instancia que está reconocida por el Ministerio de Culturas y constituye una especie de mediación entre el Ministerio y la sociedad civil; precisamente en esas tres funciones principales que están reglamentadas: la función de proposición, de consulta y de control social. ¿Cuál cree Ud. que es la función de los CDC?

Juan Argandoña [JA]: Como nunca antes se ha dado el espacio. Como muchos artistas – yo estoy como unos 30 años metido en el arte, pero con esfuerzo propio y es más, he estado metido en lo que se viene a llamar teatro popular o arte alternativo– somos los que más hemos sentido la falta de un respaldo. Entonces cuando se presenta esta posibilidad de ser reconocidos por el gobierno, no como parte del gobierno, sino ser reconocidos por el gobierno y tener una instancia en la cual tengamos voto, en la cual tengamos presencia para poder, incluso, implementar proyectos, propuestas, etc., particularmente, me ha parecido una oportunidad que no habría que desaprovecharla[…] Estando ahora reconocidos por un decreto, se abren grandes posibilidades de poder hacer transformaciones, el espíritu de esta propuesta de los CDC no está mal en su estrategia porque dice que tiene tres momentos: Uno el de la participación, lo que involucra las jornadas, los espacios para poder convocar a artistas y gestores culturales; el otro espacio de la institucionalización que supone reconocernos, mediante decreto y todo; y el tercer [momento] que no lo hemos visto lamentablemente, es el de sostenibilidad que tiene que ver con respaldos financieros, con presupuestos, etc. Bajo esa lógica podría ser que estos consejos adquieran realmente la dimensión con la que se los ha creado. […] la función que los CDC deberían de realizar, principalmente, es la de control –claro es una instancia consultiva, propositiva pero el elemento que más los debería caracterizar es el de control social.

FI: En cuanto a la legitimidad de conformación del CDC, si bien se ha advertido mucho y entre algunas voces de otros artistas no los reconocen como un ente legítimo, ¿por qué se suscitan este tipo de comentarios?

JA: Porque el mismo Viceministerio  que era, entonces [el de Desarrollo de Culturas y que pasó a ser Ministerio de Culturas desde 2009], ha reconocido una debilidad, que ha sido la poca difusión del evento. […] pero he visto que han participado también los de ABAP [Asociación Boliviana de Artistas Plásticos], han estado los de IBART [Instituto Boliviano de Arte], han estado los del mARTadero; pero deberían haber estado muchos más artistas; es más, debería tener un carácter realmente departamental. Las jornadas que se han dado acá han sido eminentemente urbanas, eso hace que la gente que no ha participado haya cuestionado la legitimidad, es evidente. Yo he ido como Juan Argandoña, pese a que pertenezco a IBART[…] muchas personas se han representado a sí mismas y han sido miembros del directorio, es la verdad; pero para julio [de 2011] que están previstas las segundas jornadas, la idea es difundirlas a todo lo que es el departamento de Cochabamba y así tener un consejo legítimo.

FI: En cuanto a las atribuciones del CDC, ya concretas en el mandato que Ud. tiene a su cargo, ¿qué actividades, intenciones y proyectos se tienen?

JA: Lo inmediato, empezar a hacer una especie de control social pero irrumpiendo en los espacios legales o sea las instancias de poder que tenemos, en ese caso la Municipalidad [su Consejo Municipal] que tiene dos ordenanzas que no las está cumpliendo: la del ex-colegio Mejillones [que por ordenanza ha sido designado para fomentar la actividad artística y cultural] que deberían de entregar[lo] el 30 de abril del año pasado; la otra ordenanza, de febrero del 2009, donde se instituye la creación del Consejo Ciudadano de Culturas [emitida el 2009, estando conformado por los distritos, las instituciones artísticas y su presidente estaría dentro de la Casa de la Cultura que daría posibilidades para poder hacer acción dentro de la entidad] y algunos otros problemas que van a salir a relucir. Por el otro lado, con la Gobernación hemos tenido ya algunos acercamientos; han estado participando instituciones y también tiene cosas pendientes, por ejemplo, como el caso de la Cinemateca, que por ley del 2005, ya debería crearse en Cochabamba, es una ley que tiene que cumplirla la gobernación; también se encuentra pendiente, el caso del teatro Ópera que es un espacio maravilloso que está sin ningún uso y que por ley también pertenece a Fiscalía, corresponde hacer las gestiones para ver cómo y en qué manos queda ese espacio para los artistas.

FI: En el entendido de poder formular proyectos e iniciativas desde alguna institución, desde alguna iniciativa ciudadana particular, de manera personal… ¿Cómo el CDC podría canalizar estos esfuerzos?

JA: La idea es que se cumpla lo que este mismo proceso de cambio ha anunciado como una participación [entre todos]. Y si recogemos documentos, decretos, leyes, disposiciones, etc., siempre hablan de participación. En el tema cultural eso está quedando en el papel, ni la Gobernación ni la Municipalidad convocan a las instituciones a la formulación de los proyectos, en este momento la [Gobernación] está terminando de armar su plan quinquenal y dentro de ello el tema cultural, [aunque] nos ha abierto las puertas, pero muy a insistencia nuestra. En el caso del municipio no nos han convocado para nada […]. Entonces ahí, el interés del CDC, por lo menos en este último tramo, es armar y expresar la instancia, que pueda tener participación en la formulación de procesos de políticas culturales. Una política cultural no la podemos entender si no está entrelazada la parte pública –que es el gobierno, a la cabeza del Ministerio, más sus gobiernos locales que son la Gobernación, el Municipio– pero ligadas a las instituciones privadas donde están las ONG’s, están proyectos como el mARTadero, y el tercer elemento que vienen a ser las organizaciones de actores culturales o los artistas que somos. Mientras esas tres instancias estén por su lado no podemos hablar de una política cultural.

FI: Pero en el entendido ya de establecer políticas culturales: ¿Cuáles serían los mecanismos para poder incidir en aquello?, porque si bien el rol del CDC, de acuerdo a su reglamento, se centra en la especificidad de la organización de las jornadas culturales; pero aún no se han establecido –ni tampoco el reglamento establece los mecanismos de articulación con las instancias públicas. Se advierte que se tienen que articular, pero no existe el mecanismo procedimental para hacerlo y como Ud. dice, tampoco hay coordinación con la Gobernación o la Oficialía Superior de Cultura (del municipio), que como instancias públicas son las que disponen de fondos. ¿Cuál sería el rol del CDC para gestar iniciativas de políticas públicas?

JA: A lo que estamos apuntando, paso a paso: Lo primero que tenemos que hacer es agarrarnos de las instancias legales, una es la que nos reconoce, pero hay otras como esta de la ordenanza, que permite la creación del Consejo Ciudadano de Culturas, ése es el primer paso que estamos dando. Hemos conversando con gente que pertenecería, por decir, a la guardia vieja, que arrastraría tras de ellos a casi  40 instituciones. Les ha costado reconocer al CDC, pero ahora hemos entrado en un consenso que va a hacer todo el esfuerzo para volver a aglutinar a lo que era antes el Consejo Departamental de Cultura, más estos nuevos actores, como el mARTadero, el Teatro Hecho a Mano, Educar es Fiesta, el Colectivo Katari… hay nuevos actores que pertenecen a otra generación y están acá. Entonces hacerlos coincidir en esto que nos permite la ordenanza: el Consejo Ciudadano de Culturas en lo que toca específicamente a Cercado, con que logremos eso para el CDC ya habría sido un aporte de permitir a los artistas de que se encuentren en un espacio que les permite avanzar. Se nos va a hacer más difícil en el ámbito provincial porque ahí ya supone apoyo logístico, no tenemos ni oficina, menos vamos a poder desplazarnos. Se tiene coordinado con AMDECO [la Asociación que articula a los órganos municipales de todo el departamento de Cochabamba] pero veremos hasta dónde.

FI: Tendrían definidos algunos proyectos para poder ser canalizados en materia de políticas culturales con respecto a creación de espacios culturales, a fomentos para la creación, formación de los artistas, rehabilitación de otros espacios… o estaríamos, primeramente, sosteniendo la organización y consolidando la participación y legitimidad del consejo de culturas.

Lo último. Es más, en el par de visitas que tuvimos de la señora Ministra [Zulma Yúgar P.], claramente nos anunció que esta gestión la había heredado ella [de su anterior titular, Pablo C. Groux] y que no existía financiamiento para respaldar absolutamente ningún proyecto. Para esta gestión que se inicia se está apuntando más a respaldar la realización de las Segundas Jornadas Culturales; entonces la puerta para presentar proyectos aún no está abierta y nos toca lo último que dijiste: Consolidar la institución, hacerla visible ante las autoridades y ante los mismos artistas y compañeros para tener la legitimidad.

FI: Para cerrar, ¿quiénes conforman el CDC de Cochabamba?

Se ha respetado la organización propuesta por el Ministerio de Culturas, de tener hasta un máximo de 10 mesas de trabajo por cada departamento, organizados en función de los sectores que son parte del ámbito cultural. En el CDC de Cochabamba, la única mesa acéfala es la que corresponde al área de letras; la misma que debe ser designada por las instituciones involucradas del sector: 1. Instituciones y movimientos sociales: Froilán Gutiérrez M. (CONALJUVE) y Jhon Henry Martínez S. (suplente). 2. Artes plásticas: Richard H. Peredo (Colectivo Willka) y delegado de ABAP (suplente). 3. Artes escénicas: Juan Argandoña (Taller de Arte y Difusión Cultural) y Miguel Reynaga (Compa, suplente). 4. Artes musicales: Marcos Herrera S. (Asociación de Músicos-Punata) y Tania Suárez (Asociación de Grupos Autóctonos, suplente). 5. Artes audiovisuales: Sergio Antonio Antezana J. (Asociación de Trabajadores de la Imagen de Bolivia) y Castel Vargas (suplente). 6. Patrimonio cultural: Walter Rodríguez y Wilder Flores (Suplente). 7. Interacción cultural: Gróver Loredo (Colectivo Katari) y Hernán Medrano (Trokin teatro, suplente). 8. Archivos, bibliotecas y museos: Beatriz Tames (CEDIB) y Ma. Elena Sabja A. (C. P. y C. Simón I. Patiño). 9. Formación artística: Adolfo Taborga (Orquesta Sinfónica de Cochabamba) y Wilmer Vidaurre (Escuela de Artes y Talentos, suplente). 10. Literatura y comunicación: Por designar.


[1] Entrevista realizada el 25 de enero de 2011.

~ por politicasculturalesblog en 4 febrero, 2011.

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